Antiguos terrenos industriales, ahora abandonados. Se dice que están contaminados. Hay basura por todas partes, y montañas de residuos cuya agresividad impide que la vegetación se asiente sobre ellas. Algo casi imposible en este clima lluvioso.
Las autopistas medran a su alrededor en desorden, como ramas de zarza. La desolación de este lugar, en el máximo de su degradación, me resulta atractiva y me gustaría volver. Es un paraíso para especies exóticas invasivas como la Cortaderia o la Buddleia.
2 comentarios:
Sí, se parecen mucho a los de aquella Rentería que conocí de niña...
Las lobrices dejan humus a su paso; los topos, túneles y montículos de tierra removida; las termitas, termiteros, y los seres humanos, lo que se ve en este reportaje.
¿No carece de belleza, verdad? También me produce sensación de libertad.
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