7/31/2016

DE LO QUE ME CUENTAN LAS RUINAS: SANTUARIO DE ARTEMISA BRAURONIA

Llevo ya un tiempo meditanto las ruinas del santuario de Artemisa Brauronia en el Ática. Principalmente, como muestra de lo absurdo que supone trasladar lo hallado a un museo, y de hacer del museo el lugar de su interpretación. Comprendo que sean medidas prácticas, políticamente convenientes, pero nada de eso es de mi interés: sólo mi relación con la ruina. Igual que el amor sólo interesa, en última instancia, a quienes se aman.

Mi última reflexión era concerniente a la naturaleza constructiva de un edificio que se encuentra en el santuario, pero que resulta poco interesante para los amantes de lo griego antiguo: la capilla cristiana realizada con pequeñas piedras irregulares (mampuestos), para cuya construcción no se aprovecharon los espléndidos sillares de las construcciones antiguas.


(No he podido volver a la fuente original de esta estupenda fotografía)

La evidencia es esa. Otro asunto es la interpretación que pueda hacerse de la misma.

El autor del artículo que dediqué a los baños públicos que hubo en el centro de Moscú durante la época comunista, mencionaba que en aquel tiempo se reservaba las creencias cristianas para la intimidad, "por si acaso". Algo que bien pudo suceder, o incluso estar sucediendo, para con las ruinas de la Grecia antigua: que la religiosidad que dio origen al antiguo templo, subyace, no habiendo sido asumida ni eficazmente sustituida por el cristianismo. Así, se mantiene un respeto que no está motivado por un interés económico, político..., sino religioso.

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