1/17/2018

FUERA DEL ORDEN ARTIFICIAL. FUERA DEL ORDEN NATURAL


Algunas construcciones de siglos anteriores solían consistir en un edificio cuyo orden intentaba ser ordenador de su entorno. Pienso, al escribir esto, en el palacio Chiericati, de Andrea Palladio, o en la bolera de Ochandiano.

Pero en ocasiones esa voluntad tropieza con dificultades, como sucede en este borde escarpado de un antiguo acantilado, destino de basura sin cuento, refugio de maleza que una humedad irresistible alimenta y que medra sobre un fondo de lodo siempre blando.

Paradójicamente, en muchas ocasiones estos casos intentan resolverse con árboles que crecen y que terminan ocultando las vistas.


Nadie ha conseguido encontrarle una solución satisfactoria.

Como atraídos por la marginalidad, en sus inmediaciones se esconden los clubes nocturnos que visitan los hombres del puerto en busca de placer.

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