1/06/2018

TIEMPO DETENIDO: BELMONTE DE CAMPOS


En Belmonte de Campos, Palencia, lo más importante que ha sucedido hasta el día de hoy parece haber sido, por una parte, la Guerra Civil (1936-1939), que dejó los nombres de las calles de la mayor parte del pueblo (calle general Franco, calle general Mola, calle José Antonio, calle Calvo Sotelo), siendo las tres restantes topónimos genéricos típicos de los núcleos de población castellanos (calle Cuesta; calle Cantarranas, y calle Castillo), y por otra parte, el éxodo de sus habitantes (hoy 32 en todo el municipio) a las ciudades, que dejaron puertas y ventanas de sus casas bien cerradas para cuando volvieran... Pero nunca volvieron.






En la plaza central están los elementos urbanos típicos de cualquier pueblo castellano:  El monumento (castillo, en este caso), la torre eléctrica de ladrillo, las bodegas excavadas en los montículos de unas ruinas, los bancos de fundición que puso La Caja de Ahorros del Círculo Católico y en cuya terrible frigidez no sé si alguien tuvo alguna vez la osadía de poner las posaderas, y un puñado de álamos blancos, o sus híbridos, que, sedientos, no han llegado nunca a dar una sombra digna. Atípica es, sin embargo, la excentricidad de la iglesia, y la severa austeridad del ayuntamiento-oficina de correos-consultorio médico-zona de juegos infantiles. En la culminación de su prosperidad, las calles fueron pavimentadas con hormigón armado.


No hay comentarios: